Ya se administró la primera píldora del pensamiento de Slavoj Žižek en el Café d´Espacio. La muestra poblacional fue amplia y diversa. El proceso de administración transcurrió de manera fluida, con un alto grado de atención y un debate posterior de intensidad moderada. Se pudieron observar algunas reacciones adversas, pero aún es pronto para valorar los efectos del principio activo entre los sujetos de la latitud canaria. El siguiente extracto de «En defensa de la intolerancia» guarda relación con la exposición realizada por Antonio Aizpuru:
“La gran novedad de nuestra época postpolítica del “fin de la ideología” es la radical despolitización de la esfera de la economía: el modo en que funciona la economía se acepta como una simple imposición del estado objetivo de las cosas. (…) La única manera de crear una sociedad en la que las decisiones de alcance y de riesgo sean fruto de un debate público entre todos los interesados, consiste, en definitiva, en una suerte de radical limitación de la libertad del capital, en la subordinación del proceso de producción al control social, es decir, en una radical repoliticación de la economía.”
Mañana jueves 9 de febrero a las 18:30 proseguiremos con el novedoso tratamiento contra la narcolepsia social. En esta ocasión, Juan Fco. Comendador y Daniel Barreto, valorarán si «¿Merece la pena luchar por el legado cristiano?» en alusión a las reflexiones del filósofo esloveno. A modo de introducción, adelantan este texto:
«Si me pidieran que describiera en una sola línea en dónde me sitúo, eligiría probablemente la designación de materialista paulino». Esta declaración de Zizek encuentra en el libro El frágil absoluto su expresión más elaborada. El radicalismo del amor en la primera Carta a los Corintios, con sus consecuencias universalizadoras, y el Manifiesto comunista de Marx, revisitado con una máxima energía crítica y con ayuda del psicoanálisis lacaniano, se anudan en el libro citado con una soprendente coherencia.