Crónica y reseña: Canarias en clave de(l) Sol

El sábado 8 de octubre, se presentó en el Café d´Espacio el libro “Canarias en clave de(l) Sol”, de Agapito de Cruz Franco. Compartimos ahora con ustedes una crónica del acto –que alguien compartió con el mundo desde esta otra web–, y la siguiente reseña que sobre el libro ha escrito Samir Delgado.

 

EL LIBRO DE LOS ÁRBOLES ROTOS

Canarias en clave del Sol”

de Agapito de Cruz Franco

POR SAMIR DELGADO

(ARTÍCULO/RESEÑA)

Tal vez el libro de la nueva década que ya hemos empezado esté en las librerías y nadie lo sabe aún. Tal vez la década no tenga libros, si acaso ciber libros, o lo que venga con la apabullante fiebre tecnológica. Pero si es verdad que el libro de las últimas décadas ya está en la calle y fue escrito a base de muchos árboles rotos y reciclados después por el recuento de todas las luchas ecologistas que han marcado el devenir histórico de las islas.

Este libro titulado “En clave del sol” (2011), presentado muy recientemente en Tenerife, La Palma y Gran Canaria, dará mucho de que hablar entre los movimientos sociales y las aulas universitarias, fue editado por el sello libre y autogestionado Libreando ediciones, está dedicado a un gato y es un homenaje a las numerosas plataformas y colectivos implicados en la defensa del territorio, lo escribió para más señas, poco a poco, Agapito de Cruz Franco, en su diván de articulista venido cada vez a más como un cronista de las reivindicaciones sociales, ha sido publicado finalmente tras los anteriores volúmenes de su puño y letra, “Entre Médanos” (2000) y “Cubas”(2002) que han marcado, sin duda alguna, un sello de personalidad comprometida y apasionada de la mejor escuela.

Y es que Agapito, para quien lo no conozca, es ecologista desde siempre, y profesor de instituto en La Orotava, el municipio más grande en extensión y empequeñecido por el caciquismo de toda la vida en la isla de Tenerife. Tuvo su experiencia como concejal en IPO hace algunos años y su nombre está asociado inevitablemente al Tagoror Ecologista Alternativo. Yo, precisamente, le conocí en el ambiente lagunero más reivindicativo, en un espacio cultural que compartían los colectivos de izquierdas vinculados al sindicalismo educativo, el movimiento juvenil y las plataformas contra la guerra.

Ahora adentrarse en las trescientas páginas de su libro, prologado además en Michoacán (México) por el historiador Aureliano Marrero, supone un auténtico revival de experiencias de transformación social y defensa del medio ambiente canario, además de aglutinar las voces reprimidas de las iniciativas ciudadanas que en los últimos tiempos protagonizaron los ramalazos de la verdadera democracia participativa, auténtica, cualitativa, mediante la convocatoria de coloridas manifestaciones populares, acampadas vecinales y protestas sociales por muchas de nuestras ciudades mucho antes de que el propio 15-M viera la luz como fenómeno mediático.

Ahí quedan las huellas de un sin fin de referencias ecológicas con su nombre propio en la galería de la triste irreversibilidad, tales como Vilaflor, Tindaya, Granadilla, Malpaso, las broncas antinucleares y antimilitaristas, contra las centrales térmicas, en defensa de los cetáceos y los malpaíses, las venas abiertas de las islas que no cesan de sangrar. Teníamos razón, dice Agapito en su último sms con motivo de su visita al Café despacio de la capital grancanaria, en compañía de Mónica Díaz Tabares- poeta y ecologista del sur tinerfeño-, y es que con el tema candente de la peligrosidad del gas natural teníamos razón y son ciertas las dañinas consecuencias para la salud en los núcleos urbanos, un debate sobre el modelo energético que resulta, a ras de suelo, inviable mientras el poder no respete las reglas del juego y no se contemple el derecho de la ciudadanía a decidir sobre su propio entorno, sentirse protagonistas de su propio horizonte y poder tener una vida social más comunicativa y asamblearia. No hace falta que lo diga un libro, en las islas el sentimiento de rechazo a la clase política es prácticamente vox populi y el descalabro de la credibilidad representativa de los partidos hegemónicos en las instituciones es un hecho empírico, rastreable en todas las cafeterías de barrio.

Y ahora llegan las elecciones y volverá a repetirse la farsa, queda claro que en las islas hace falta la unidad de los movimientos sociales, la búsqueda de alternativas democráticas que den salida a nuestras necesidades reales y las experiencias de transformación que posibiliten un archipiélago mejor. Para eso están muchos libros, no solo para estudiar en las aulas o de pasatiempo en la guagua, los hay de muchos colores, de poesía y de narrativa, los que imponen la historia y los que cuentan la historia desde abajo. Y es que, puestos a hacer un balance de lo porvenir, más vale que arrimemos el hombro juntos en la lucha por una Canarias sostenible y participativa, o de lo contrario pasará lo peor y no precisamente por unas erupciones como las de El Hierro, hacia donde miramos estos días con el corazón en vela.

Si el 15-M tomó el nombre de los indignados a partir de un texto de Hessel, no sería mala idea que en las islas recuperemos de una vez nuestra identidad como los hijos del sol, no el sol turístico embadurnado de aceites del que tanto presumimos para beneficio de los turoperadores, sino el sol de los antiguos isleños que habitaron en armonía durante siglos estas islas que siente y ama en su lucha cotidiana Agapito de Cruz Franco. Esperemos, ahora, que en su próximo libro, los árboles vuelvan a retoñar en clave de sol.

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