MANIFIESTO EN CONSTRUCCIÓN POR EL ACCESO UNIVERSAL A VACUNAS COVID 19

MANIFIESTO EN DEFENSA DE LA VIDA

Hace un año, la OMS – Organización Mundial de la Salud – declaró la nueva pandemia de coronavirus. Hoy, salvo contadas excepciones, la transmisión sigue un rumbo que ya ha transformado muchos lugares en un cuadro de horrores, y no muestra que vaya a ser interrumpido, debido a la aparición de nuevas variantes.

Ante esta situación general, concluimos que todos los pueblos se enfrentan a un estado de guerra. A diferencia del modelo tradicional, esta es una guerra biológica. Sin embargo, como cualquier otra, se basa en la codicia, en la acumulación de riqueza aprovechando la crisis de la salud y apostando por la muerte.

No es muy difícil darse cuenta de que si un sólo país, o un sólo continente quiere buscar su propia solución a la epidemia, sin contemplar y hacer viable el camino para una vacunación universal, no habrá solución para esta epidemia, y las nuevas cepas seguirán trasmitiéndose. Por lo tanto, es hora de emprender una lucha común

Finalmente nos dimos cuenta de que la lucha que enfrentamos no es solo contra el virus, sino contra todo un sistema, un entramado financiero a través del cual, los poderosos instituyeron un decreto de muerte para la humanidad. Ellos dirigen la muerte, sobre todo, a los más vulnerables, porque así acaban también con sus reivindicaciones:

los pobres y con ellos la lucha por el trabajo;

los trabajadores y con ellos la lucha por una sociedad libre de la explotación;

los campesinos y con ellos la lucha por la redistribución de las tierras;

los viejos y con ellos la memoria histórica;

los indígenas y nativos y con ellos la demarcación de sus tierras y el derecho a la indemnización;

los negros y con ellos su lucha por una libertad concreta y real;

las mujeres y con ellas la lucha por sus derechos civiles y políticos;

las comunidades LGTBs y con ellas la lucha contra la violencia y por la igualdad en la diversidad;

los jóvenes y el sueño de un futuro mejor;

la nuestra madre-naturaleza, vilipendiada y destruida, y con ella sus dignos defensores.

Ahí van años de luchas y experiencias acumuladas que debemos entretejer, porque ya sabemos que el enemigo es común, una clase política y social que, llevada por la avaricia y la indiferencia, mantiene la lógica ciega de la ganancia a corto plazo, la del aplastamiento de cualquier iniciativa en interés del propio afán de lucro.

Es un hecho que hay una pandemia y que no estamos preparados para enfrentarla a la misma velocidad que el virus que nos está matando. Muchas son las evidencias: En muchos lugares del mundo ni siquiera hay agua para la higiene necesaria, no hay hospitales y camas suficientes para el alto volumen de contaminación. Ni siquiera en países donde hay riqueza acumulada es posible controlar o detener la propagación del virus. ¡Y el mundo sigue llorando a sus muertos!

Sin embargo, no estamos desprevenidos para enfrentar la política de dominación de los países imperialistas que determina prácticas que terminan liquidando a la humanidad, porque esto es lo que hemos hecho toda la vida: luchar contra quienes atentan contra el derecho a la vida. Hay herramientas para luchar por la vida en el mundo.

Estamos hablando de combatir directamente la codicia en su núcleo; presionar a las grandes empresas farmacéuticas para que renuncien a los derechos de patente. Hablamos de la urgencia de las vacunas para todos los países del mundo. Estamos hablando del acceso universal a las vacunas, que, hasta ahora, se les está negando a quienes no tienen medios para adquirirlas.

Hablamos de LIBERACIÓN DE PATENTE, y esta liberación es una licencia obligatoria prevista por la ley en cada país, que se debe aplicar cuando la comercialización no satisface las necesidades del mercado y, en este caso, no satisface las necesidades de la HUMANIDAD.

En todo el mundo se está muriendo gente por la forma abusiva de los grandes laboratorios a la hora de tratar las vacunas y su distribución, vendiéndolas a precios elevados, desconociendo la inviabilidad económica de los países empobrecidos, o incluso evadiéndolas y, con ello, no asegurando que se satisface toda la demanda del mercado. La ley – e independientemente de las diferencias en la constitución de cada país – siempre tendrá que buscar beneficiar a la población en su conjunto y no solo al productor.

Abundan los ejemplos que nos muestran que es posible luchar por la justicia, por la igualdad de derechos y por la vida. Sabemos que la arbitrariedad puede emerger de las sombras, siempre que las sociedades sean descuidadas o callen en la defensa de sus valores y conquistas.

Por lo tanto, invitamos a unir fuerzas para desmantelar este escenario de horrores y comenzar a construir una PLATAFORMA MUNDIAL DE LUCHA POR LA LIBERACIÓN DE PATENTES.

Hombres, Mujeres y personas LGBTs en este mundo que tienen conciencia del DERECHO A LA VIDA, ya sea de cualquier continente, país o ciudad, de cualquier edad, de cualquier profesión, independientemente de su afiliación partidaria o de su colectivo u organización, independientemente del color, religión u origen, deben estar unidos en la defensa del DERECHO A LA VIDA.

¡Defendamos la VIDA y la HUMANIDAD en contra de la explotación y de la acumulación!



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